La semana pasada aparecieron noticias sobre futbolistas fuera del terreno de juego y los periodistas, genios ellos, resuelven decir que es que los jugadores de fútbol son o deben ser ejemplo para las “nuevas generaciones”
A Richard Rios una señora con aires de superioridad de escribió “Estás influenciando a los menores de edad que te admiran por pintar tu cabello y tatuarse”, la respuesta del deportista es mucho más inteligente, “yo no influencio a nadie”.
En situación bien diferente, Alfredo Morelos tuvo un accidente de tráfico parece luego de haber consumido trago. Esta situación por si sola es reprochable, desafortunadamente para varios periodistas el problema es adicional porque “se trata de una figura pública, se supone ejemplo para nuevas generaciones”.
Finalmente, Vinicius Jr, jugador del Real Madrid y que quedó segundo en la votación al balón de oro, fue duramente criticado porque “no es una buena persona” y esa fue la razón que esgrimieron como la causa de la pérdida del premio que hasta dos días antes era el favorito.
No entiendo cuál es la manía de pretender volver a los jugadores de fútbol modelos de conducta. Estas personas como en cualquier otra profesión son diversas, hay habladores, tímidos, simpáticos o antipáticos y que son, excepcionalmente buenos en lo que hacen. Ser jugador profesional es mucho más difícil que ser abogado, médico o político.
En el mundo hay primeros ministros con tatuajes y salvo algún comentario curioso nunca se le ha criticado por esto. También médicos exitosos que se pintan el pelo y a ningún paciente se le ocurriría criticar su pinta. Yo me temo que no hay reunión de más de tres políticos en la que uno o dos no estén tomando trago, ni que decir de los escándalos de embajadores, ministros y presidentes absolutamente borrachos.
A los deportistas ganadores y en especial a los futbolistas se les trata de una manera menos tolerante que al resto de los mortales. A ningún futbolista, en ningún equipo, al menos que yo sepa, se le ha dicho que tiene que comportarse de manera adecuada pues es el ejemplo a seguir. Se les da instrucciones para que lo que saben hacer, es decir jugar al fútbol, lo hagan de la mejor forma, nada más.
Es posible que haya figuras admirables por su comportamiento dentro y fuera de la cancha, Falcao, Messi o Iniesta; también hay otros no tan ejemplares y que son jugadores maravillosos. La otra disculpa es que ganan mucho dinero y por eso deben ser un ejemplo a seguir, como si muchos de nuestros millonarios fueran un ejemplo a seguir.
Los futbolistas claro que son un ejemplo a seguir, son personas, la gran mayoría de estratos muy bajos, que gracias a su esfuerzo y habilidades han logrado mejorar su vida y la de muchas personas a su alrededor. No conozco ningún deportista que herede un lugar en un buen equipo o que sea admitido por recomendación de un amigo del dueño.
Seguramente llegan y si son buenos se sostienen, como sería el caso de tres generaciones de Maldinis, pero en general los futbolistas hijos de algún técnico o dirigente que entraron por sugerencia de estos, si son malos duran muy poco. Salir una sola vez de titular en un equipo de primera división es un logro mucho más difícil que un grado en la universidad más exigente del mundo.
Si, toman trago, pelean, bailan y se ríen como cualquier persona de su edad. Esperar que den ejemplo en algo diferente al fútbol es estúpido. Si políticos, grandes profesionales o actores no son ejemplo para nadie, ¿por qué han de serlo los futbolistas?
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